Hay investigadores que han desarrollado electrónica flexible, que podría servir para acomodar estas tensiones (ver "Pantallas que se pueden estirar"). Nuevos materiales para las pantallas táctiles que usaran nanomateriales flexibles también podrían ayudar. Una solicitud de patente sugiere que Apple ya está estudiando este tema. Describe medidas como variar el espesor de los materiales en un dispositivo para permitir que se doble al tiempo que la electrónica se alinea adecuadamente con los píxeles que controla.
Otro de los retos es hacer una batería flexible. Aunque que las baterías de litio-polímeros que se usan en los smartphones actuales son algo flexibles, no sobreviven a demasiados doblados. Una opción es hacer una batería por segmentos, como las correas de reloj segmentadas, explica el director de Soluciones de Almacenamiento de Energía en Applied Materials, Kevin Chen. Su empresa está desarrollando baterías en estado sólido, que se pueden cortar fácilmente en trozos pequeños para hacer dispositivos flexibles, y que además tienen el potencial de almacenar mucha más energía que las baterías de ion-litio convencionales (ver "Las baterías se solidifican para incorporarse económicamente a los dispositivos portables"). Apple esboza un diseño de batería parecido en otra solicitud de patente reciente.
Estos constantes avances significan que dentro de apenas unos años podríamos disponer de dispositivos plenamente flexibles. Mientras, tenemos pantallas flexibles que se han fijado a una estructura, como en el caso del Apple Watch.